
ADULTOS
MAYORES
Enfermedades
relacionadas con la edad así como
problemas cardiovasculares: cáncer,
enfermedades inmunológicas: demencia
senil y Alzheimer se cree que son causadas
por la falta de equilibrio de los Ácidos
Grasos Omega 3 y Omega 6 a lo largo de
toda la vida. De todas maneras nunca es
tarde para prevenir o comenzar un
tratamiento.
Estudios
realizados en personas mayores (de 65
años) indican que tratamientos a corto
plazo con Ácidos Grasos Omega 3 los benefician
porque reducen la agregabilidad plaquetaria,
bajan la presión arterial y reducen los
niveles de triglicéridos.
Se ha sugerido que la deficiencia de Omega
3 puede ser uno de los factores que contribuyen
a la hipersensibilidad en la piel en pacientes
mayores con mala nutrición. La suplementación
de Omega 3 incrementa los niveles de estos
Ácidos Grasos, con una mejoría en el funcionamiento
de la piel.
CÁNCER: Es
bien sabido que los ácidos grasos juegan
un papel fundamental en el desarrollo,
crecimiento y metástasis de ciertos cánceres.
Muchos de los estudios aún están en etapa
experimental, por lo que no se pueden
hacer conclusiones. Hasta ahora parece
ser que EPA previene la cachexia que generalmente
afecta a los pacientes que padecen de
cáncer, sida y otras enfermedades crónicas.
ALZHEIMER Y DEMENCIA:
Una gran variedad de factores parece mejorar
la enfermedad de Alzheimer y otros desórdenes
mentales. Entre estos factores se cree
que el aumento de los niveles de ácidos
grasos poliinsaturados en los fosfolípidos
es de gran importancia.
DESÓRDENES MENTALES:
Como un constituyente dominante de las
membranas cerebrales y nerviosas, el ácido
DHA es altamente neurológico y, por lo
tanto, puede influenciar las condiciones
mentales y neurológicas.
DEPRESIÓN: Estudios
sugieren que la deficiencia de Omega 3
es correlativa con el incremento de las
depresiones. Se cree que la depresión
secundaria al alcoholismo, depresión en
pacientes con esclerosis múltiple y depresión
posparto también se deben a la pérdida
de DHA de las membranas neurológicas.
En personas depresivas se halló una ingesta
baja de los Ácidos Grasos Omega 3 (aprox.
60 mg/día).
DIABETES:
El papel de los Ácidos Grasos Omega 3
en diabetes es conflictivo. Sin embargo,
la dislipidemia es frecuente en diabetes
mellitus que no demandan insulina, y es
sabido que cantidades moderadas de Ácidos
Grasos Omega pueden modificar y reducir
el colesterol VLDL - TG y los triglicéridos
totales.
El Omega 3 parece reducir la intolerancia
a la glucosa.
REUMATISMO: Estudios
realizados comprobaron que la suplementación
con Omega 3 retarda el proceso inflamatorio
en los humanos.
Se ha reportado por pacientes que sufren
de reuma que toman Ácidos Grasos Omega
3 que es menos frecuente el dolor en las
articulaciones y su inflamación; también
se mejora la rigidez que se presenta en
las articulaciones en la mañana y otros
parámetros bioquímicos.
ESCLEROSIS MÚLTIPLE:
Los Ácidos Grasos Omega 3 son buenos agentes
terapéuticos, ya que reducen la frecuencia
y severidad de las recaídas.
La reducción de la producción de cytokines
y mejoras en el funcionamiento del sistema
inmunológico ha sido reportados por pacientes
que padecen esta enfermedad.
INFLAMACIÓN: Los
efectos antiinflamatorios de los Ácidos
Grasos Omega 3 pueden estar relacionados
con la inhibición de la síntesis de los
eicosanoides pro inflamatorios derivados
del ARA.
SÍNDROME DE INTESTINO
IRRITABLE: Un tratamiento combinado
con Ácidos Grasos Omega 3 beneficia el
síndrome de intestino irritable y fatiga
crónica en un grupo de 12 pacientes. Cantidades
altas de Omega 3 (5.4 g/día) también parecen
beneficiar a pacientes con síndrome de
intestino irritable (colitis ulcerativa
y Crohn's disease).
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