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"Salud y Vida" - Julio 2000

 

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Enfermedades relacionadas con la edad así como problemas cardiovasculares: cáncer, enfermedades inmunológicas: demencia senil y Alzheimer se cree que son causadas por la falta de equilibrio de los Ácidos Grasos Omega 3 y Omega 6 a lo largo de toda la vida. De todas maneras nunca es tarde para prevenir o comenzar un tratamiento.
 

Estudios realizados en personas mayores (de 65 años) indican que tratamientos a corto plazo con Ácidos Grasos Omega 3 los benefician porque reducen la agregabilidad plaquetaria, bajan la presión arterial y reducen los niveles de triglicéridos.
Se ha sugerido que la deficiencia de Omega 3 puede ser uno de los factores que contribuyen a la hipersensibilidad en la piel en pacientes mayores con mala nutrición. La suplementación de Omega 3 incrementa los niveles de estos Ácidos Grasos, con una mejoría en el funcionamiento de la piel.

CÁNCER: Es bien sabido que los ácidos grasos juegan un papel fundamental en el desarrollo, crecimiento y metástasis de ciertos cánceres. Muchos de los estudios aún están en etapa experimental, por lo que no se pueden hacer conclusiones. Hasta ahora parece ser que EPA previene la cachexia que generalmente afecta a los pacientes que padecen de cáncer, sida y otras enfermedades crónicas.
ALZHEIMER Y DEMENCIA: Una gran variedad de factores parece mejorar la enfermedad de Alzheimer y otros desórdenes mentales. Entre estos factores se cree que el aumento de los niveles de ácidos grasos poliinsaturados en los fosfolípidos es de gran importancia.
DESÓRDENES MENTALES: Como un constituyente dominante de las membranas cerebrales y nerviosas, el ácido DHA es altamente neurológico y, por lo tanto, puede influenciar las condiciones mentales y neurológicas.
DEPRESIÓN: Estudios sugieren que la deficiencia de Omega 3 es correlativa con el incremento de las depresiones. Se cree que la depresión secundaria al alcoholismo, depresión en pacientes con esclerosis múltiple y depresión posparto también se deben a la pérdida de DHA de las membranas neurológicas.
En personas depresivas se halló una ingesta baja de los Ácidos Grasos Omega 3 (aprox. 60 mg/día).
DIABETES: El papel de los Ácidos Grasos Omega 3 en diabetes es conflictivo. Sin embargo, la dislipidemia es frecuente en diabetes mellitus que no demandan insulina, y es sabido que cantidades moderadas de Ácidos Grasos Omega pueden modificar y reducir el colesterol VLDL - TG y los triglicéridos totales.
El Omega 3 parece reducir la intolerancia a la glucosa.
REUMATISMO: Estudios realizados comprobaron que la suplementación con Omega 3 retarda el proceso inflamatorio en los humanos.
Se ha reportado por pacientes que sufren de reuma que toman Ácidos Grasos Omega 3 que es menos frecuente el dolor en las articulaciones y su inflamación; también se mejora la rigidez que se presenta en las articulaciones en la mañana y otros parámetros bioquímicos.
ESCLEROSIS MÚLTIPLE: Los Ácidos Grasos Omega 3 son buenos agentes terapéuticos, ya que reducen la frecuencia y severidad de las recaídas.

La reducción de la producción de cytokines y mejoras en el funcionamiento del sistema inmunológico ha sido reportados por pacientes que padecen esta enfermedad.
INFLAMACIÓN: Los efectos antiinflamatorios de los Ácidos Grasos Omega 3 pueden estar relacionados con la inhibición de la síntesis de los eicosanoides pro inflamatorios derivados del ARA.
SÍNDROME DE INTESTINO IRRITABLE: Un tratamiento combinado con Ácidos Grasos Omega 3 beneficia el síndrome de intestino irritable y fatiga crónica en un grupo de 12 pacientes. Cantidades altas de Omega 3 (5.4 g/día) también parecen beneficiar a pacientes con síndrome de intestino irritable (colitis ulcerativa y Crohn's disease).

 

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