RESUMEN
Le
determinaron las concentraciones titulares
de metales traza (cobre, cinc, hierro,
manganeso, selenio, bromo, y rubidio) en
el hígado, riñón y músculo pectoral de
individuos adultos del pingüino Papua (Pygoscelis
papua), colectados en Punta Suffield, Isla
Rey Jorge, Islas Shetland del Sur, Antártida
(62° 11 'S, 58°54 'W) durante la
temporada de cría 1995-1996. La
determinación; los metales traza se
realizó mediante espectrometría por
fluorescencia de rayos X. De la totalidad
de los metales traza determinados en este
trabajo, las concentraciones titulares de
los elementos esenciales cinc, hierro,
manganeso, y selenio estarían reguladas
metabólicamente e ir consiguiente puede
afirmarse que las mismas no representan
una seria amenaza de poluón. Asimismo,
existe alguna evidencia para sostener que
el bromo y el rubidio también presentarían
cierta regulación. Las concentraciones de
cobre hepáticas mostraron la máxima
variación, portándose un nivel
extremadamente alto en el individuo macho
(240 ppm en peso seco). Así, entre la
totalidad de las aves marinas o costeras,
el pingüino Papua puede ser considerado
primo el mejor indicador potencial de
polución costera por cobre. Por otra
parte, se observaron diversas diferencias
a nivel intertisularen las concentraciones
de los metales; el hígado mostró las
mayores concentraciones medias de hierro y
cobre, mientras que el riñón se
caracterizó por las máximas
concentraciones medias de cinc, selenio, y
bromo.
INTRODUCCIÓN
Cuando
se pretende cuantificar las variaciones
geográficas o temporales en los niveles
de metales pesados en ambientes marinos o
evaluar el impacto de ingresos antropogénicos
de metales, el análisis de niveles en
organismos bioindicadores ofrece diversas
ventajas sobre el análisis de agua de mar
o sedimentos (Phillips, 1977, 1990). La
elección del bioindicador depende de
muchas variables, tales como la habilidad
de regular las concentraciones de metales
específicos en los tejidos o la tendencia
a acumular altas concentraciones de los
mismos. En función de ello, los
macroinvertebrados han sido generalmente
seleccionados con este propósito (Phillips,
1977,1990).
Aunque las aves marinas pueden presentar
variaciones muy localizadas o a corto
plazo en los niveles de contaminantes de
las cadenas alimentarias marinas, y en
algunos casos (como en los relacionados al
mercurio o los organoclorados) acumular
mayores concentraciones en sus tejidos que
las observadas en sus respectivos ítems
alimenticios, podría considerarse que
globalmente no ofrecen ventajas sobre
otros bioindicadores marinos para el análisis
de metales. Sin embargo, en las aves
marinas se manifiesta un gran interés
conservacionista, y muchos metales han
sido implicados como causa de mortalidad o
en la reducción del suceso reproductivo
de las poblaciones de aves costeras,
dulceacuícolas o terrestres. Por
consiguiente, las concentraciones de
metales pesados o traza en tejidos
corporales y huevos de aves marinas vienen
siendo medidas con intensidad creciente
desde fines de la década de los sesenta (v.g.,
ver Anderlini et al., 1972; Dale et al.,
1973; Blusa et al., 1977;Steinhagen-Schneider,
1986;y Norheim, 1987).
El establecimiento de concentraciones base
de metales para los tejidos de aves
marinas es dificultoso, en virtud de las
probables influencias de índole geológica,
dietaria, taxonómica y otras que se
manifiestan sobre los niveles
"naturales". A pesar de ello,
existe una creciente información sobre
los niveles de metales en poblaciones
alejadas de fuentes de polución
localizada.
Los reportes de acumulación de metales
traza en tejidos blandos de pingüinos de
la familia Pygoscelidae son escasos (Honda
et al., 1986;Norheim, 1987; Szefer et al.,
1993)yen ningún caso referidos específicamente
a la especie aquí estudiada. El presente
trabajo constituye un nuevo aporte, aunque
de carácter preliminar, sobre los niveles
de elementos traza en tejidos blandos de
pingüinos Papua (Pygoscelis papua)
presentes en la Antártida insular,
utilizando una metodología de análisis
cuantitativa multielemental y no
destructiva.
MATERIAL Y METODOS
Las
muestras de tejidos blandos (hígado, riñón
y músculo esquelético de la región
pectoral) se obtuvieron en tres individuos
adultos (un macho y dos hembras) del pingüino
Papua (Pygoscelis papua) capturados en la
zona costera de la Bahía Fildes (Isla Rey
Jorge, Archipiélago de las Shetland del
Sur), en las inmediaciones de la Base
Científica Antártica Artigas (BCAA) (62°
11 'S, 58°54'W), durante el mes de enero
(verano austral) de 1996. Inmediatamente
después de la colecta, las muestras
fueron almacenadas en bolsas de
polietileno estéril y mantenidas en un
congelador a -20°C hasta su análisis en
el Laboratorio de Fluorescencia de Rayos X
de la Dirección Nacional de Tecnología
Nuclear (DINATEN).
Las muestras obtenidas fueron analizadas
por fluorescencia de rayos X (FRX),
empleando un instrumento dispersivo en
energía. La misma es una técnica
instrumental no destructiva de análisis
multielemental simultáneo que mide la
emisión de rayos X característicos que
ocurren cuando los átomos son excitados
por una fuente externa de radiación. La
energía e intensidad de los rayos X
emitidos tipifican las identidades y
concentraciones de los elementos en la
muestra. La FRX puede ser usada para la
detección de un amplio intervalo de
elementos, usualmente desde el sodio al
uranio, con límites de detección en el
orden de las partes por millón (ppm) en
peso seco. Debido a que la técnica
trabaja por análisis directo de
superficie, se requiere solamente un mínimo
manejo de la muestra. La técnica presenta
además la ventaja de no requerir
reactivos, tales como solventes o ácidos,
que puedan introducir elementos ajenos a
la muestra. Por otra parte, al ser una técnica
no destructiva, las muestras luego de
analizadas pueden ser almacenadas y
sujetas a análisis adicionales o
confirmatorios.
Para la aplicación de esta técnica, se
efectuó previamente el secado de las
muestras en estufa a 60 (± 5) °C hasta
obtener un peso constante. Posteriormente
se procedió a su molienda en molino mecánico
de ágata hasta la obtención de un tamaño
homogéneo de partícula (180 mm). Con el
polvo obtenido se confeccionaron pastillas
finas transparentes a los rayos X, de
superficie plana, área constante y una
densidad superficial comprendida entre
0,0500 y 0,0900 g/cm2.
Una vez obtenidas las pastillas, las
mismas fueron irradiadas durante 1000
segundos con la energía emitida por una
placa de Ag (20 keV, aproximadamente), la
cual es a su vez excitada con un tubo de
rayos X Siemens con ánodo de Mo de 3 kW
de potencia. Posteriormente las pastillas
fueron irradiadas con la energía emitida
por una placa de Cu (8 keV,
aproximadamente).
Para la detección se empleó un detector
semiconductor de Si(Li) de alta resolución
con electrónica asociada Canberra. Los
espectros se conectaron en computadora a
través de una tarjeta multicanal Canberra
S 100. El tratamiento y cuantificación de
la información se realizó en una
computadora personal IBM compatible,
empleando los programas AXIL y QXAS de la
International Atomic Energy Agency (IAEA).
Cada muestra de tejido aviano fue
analizada cuantitativamente tres veces,
calculándose entonces la media aritmética
de la concentración.
El control de calidad se basó en el análisis
de los siguientes materiales de
referencia:
SRM 1577 Bovine Liver y SRM 1646 Estuarine
Sediment del National Bureau ofStandards (NBS),
y SOIL-7 Soil de la IAEA. Idéntico
procedimiento al descrito para las
muestras de tejido aviano se aplicó a los
materiales de referencia, donde las
concentraciones medidas por FRX no
difirieron en más del 11 % de las
concentraciones certificadas.
A efectos de comparación, las
concentraciones en ppm en peso húmedo
documentadas en la literatura para aves
marinas adultas son convertidas a
concentraciones en ppm en peso seco,
asumiendo un contenido en agua del 75 %
para el riñón y el músculo, y un 70 %
para el hígado. Sin embargo, debe tenerse
en cuenta que los valores en contenido en
agua usados en las conversiones entre peso
húmedo y peso seco son aproximados, y
podrían variar entre estudios por razones
analíticas, fisiológicas o taxonómicas.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los
metales con algún significado toxicológico,
tales como el plomo y el cadmio, no fueron
detectados en ninguno de los tejidos
analizados mediante la técnica arriba
descrita, mientras que los niveles de
mercurio no pudieron ser determinados por
razones analíticas.
Tabla 1. Concentraciones de metales
traza (en ppm en peso seco) en tejidos
blandos (hígado, riñón y músculo
pectoral) de pingüinos Papua (Pygoscelis
papua) colectados en la Isla Rey Jorge. En
los casos donde alguna de las
concentraciones individuales estuviera por
debajo del límite de cuantificación, se
utilizó arbitrariamente un valor de 0,5
veces el límite de cuantificación para
calcular las concentraciones medias.
Hígado |
Elemento |
Macho |
Hembra
1 |
Hembra
2 |
Media
±DT |
Cu |
240 |
24 |
24 |
96
±125 |
Zn |
140 |
150 |
57 |
116±51 |
Fe |
5000 |
3300 |
2000 |
3433
±1504 |
Se |
8 |
6 |
<4 |
5±3 |
Br |
26 |
31 |
17 |
25
±7 |
Rb |
13 |
8 |
9 |
10±3 |
Riñón |
Elemento |
Macho |
Hembra
1 |
Hembra
2 |
Media
± DT |
Cu |
18 |
nd |
nd |
|
Zn |
150 |
140 |
170 |
153±15 |
Fe |
540 |
740 |
410 |
563
±166 |
Se |
<9 |
13 |
16 |
11±6 |
Br |
30 |
33 |
39 |
34
±5 |
Rb |
11 |
13 |
8 |
11±3 |
Tabla 1. Continuación.
Músculo |
Elemento |
Macho |
Hembra
1 |
Hembra
2 |
Media
±DT |
Cu |
29 |
25 |
36 |
30±6 |
Zn |
62 |
90 |
180 |
111±62 |
Fe |
1800 |
1800 |
2900 |
2167±635 |
Mn |
nd |
nd |
40 |
|
Se |
nd |
<10 |
9 |
|
Br |
15 |
16 |
44 |
25
±16 |
Rb |
10 |
6 |
10 |
9±2 |
nd:
No detectado DT: Desviación típica
Tabla 2. Concentraciones de metales
traza reportadas en la literatura para
tejidos blandos de diferentes especies de
pingüinos en la Antártida. Datos en pingüino
Adelia tomados de Honda et al. (1986), y
en pingüinos de barbijo y de penacho
amarillo tomados de Norheim (1987). (Todas
las concentraciones convertidas a ppm en
peso seco a efectos comparativos.)
Pingüino Adelia (Pygoscelis adeliae)
|
Hígado |
Riñón |
Elemento
n |
Media
Intervalo |
Media
Intervalo |
Cu
10 Zn 10 Cd 10 |
15,7
11,0-20,3 160 107-243 13 3-27 |
14,4
11,6-18,0 196 120-284 204 96-372 |
Pingüino
de barbijo (Pygoscelis antárctica)
|
Hígado |
Riñón |
Elemento
n |
Media
Intervalo |
Media
Intervalo |
Cu
13 Zn 13 Se 13 Cd 13 |
15,0
12,0-20,0 120 97-153 18,0
10,7-24,0 7 3-13 |
14,4
11,2-22,8 124 100-152
76 36-156 |
Pingüino de penacho amarillo (Eudyptes
chrysolophus)
|
Hígado |
Riñón |
Elemento
n |
Media
Intervalo |
Media
Intervalo |
Cu
9 Zn 9 Se 9 Cd 9 |
13,3
8,0-17,7 137 103-207 73,3
46,7-93,3 30 13-113 |
12,8
10,4-14,8 184 136-336
196 72-664 |
n:
Número de muestras
En la Tabla 1 se muestran las
concentraciones de metales traza
encontradas en los diversos tejidos de los
individuos de pingüino Papua analizados,
mientras que en la Tabla 2 se presenta un
resumen de las referencias para varios
metales traza en órganos de pingüinos
muestreados en la Antártida.
Muchos de los metales traza detectados en
los tejidos del pingüino Papua son
considerados como esenciales desde el
punto de vista biológico, estando
asociados a metaloproteínas (v.g.,
hemoglobina y mioglobina) con funciones
relacionadas al transporte de oxígeno
(cobre, hierro), o actuando como
cofactores enzimáticos o metaloenzimas
(cobre, cinc, manganeso, y selenio) (Fisher,
1975;Vallee&Auld, 1990).
Cobre
Las
concentraciones de cobre en los tejidos
analizados en el pingüino Papua se sitúan
entre niveles no detectables en el riñón
y 240 ppm en peso seco en el hígado
(Tabla 1), comprobándose entonces una
variabilidad extremadamente alta que
contrasta notablemente con la baja
variabilidad reportada en la generalidad
de las aves marinas (Thompson, 1990).
Las concentraciones de cobre hepáticas
observadas en el pingüino Papua oscilan
entre 24 y 240 ppm en peso seco (Tabla 1),
resultando así de 2 a 12 veces superiores
a las reportadas en otras especies de pingüinos
de la Antártida (Honda et al., 1986;
Norheim, 1987) (Tabla 2).
El muy amplio intervalo de concentraciones
detectado en el hígado de los ejemplares
estudiados produce un coeficiente de
variación excepcionalmente alto (129,9
%), lo cual parecería indicar que el pingüino
Papua no está fisiológicamente
habilitado para regular su concentración
hepática de cobre o bien que la captación
dietaria de cobre excede su capacidad
regulatoria. Así, entre la totalidad de
las aves marinas, el pingüino Papua podría
ser considerado como uno de los mejores
indicadores potenciales de polución
costera por cobre.
En aves marinas, las concentraciones de
cobre en el riñón tienden a ser algo
menores que las concentraciones en el hígado,
con niveles en el músculo todavía
menores (Thompson, 1990). En particular,
los niveles medios de cobre hepáticos y
renales reportados para diferentes
especies de pingüinos en la Antártida,
están en concordancia con los registrados
en la generalidad de las aves marinas
(Tabla 2); v.g., en el pingüino Adelia,
Pygoscelis adeliae se reportan
concentraciones medias de cobre de 15,7
ppm en peso seco en el hígado y 14,4 ppm
en peso seco en el riñón (Honda et al.,
1986), mientras que en el pingüino de
barbijo, Pygoscelis antártica las mismas
se sitúan en 15,0 y 14,4 ppm en peso seco
para el hígado y el riñón,
respectivamente (Norheim, 1987). Sin
embargo, las concentraciones tisulares de
cobre observadas en el pingüino Papua no
se ajustan a este patrón, con una razón
media hígado / riñón (en términos de
peso seco) sensiblemente mayor a la
unidad, y concentraciones en el músculo
que se sitúan entre las observadas en el
hígado y en el riñón (Tabla 1). El
macho de pingüino Papua analizado en este
trabajo resulta excepcional en mostrar un
marcado exceso (más de 13 veces) en la
concentración de cobre en el hígado
sobre la concentración en el riñón.
Cinc
En
el pingüino Papua, la concentración
media de cinc hepática y renal y sus
correspondientes intervalos de
concentraciones (Tabla 1) resultan
aproximadamente similares a los
previamente reportados en otras especies
de pingüinos muestreadas en la Antártida
(Honda et al., 1986; Norheim, 1987) (Tabla
2).
En aves marinas, los niveles de cinc en el
hígado son comparables a los del riñón,
con niveles algo menores en el músculo (Anderlini
etal., 1972; Osborn etal., 1979; Honda et
al., 1986). En todos los tejidos
analizados, los niveles de cinc tienden a
ser inferiores a 200 ppm en peso seco (Anderlini
etal., 1972; Custereía/., 1986), aunque
mayores concentraciones de este metal
(oscilando entre 225 y 688 ppm en peso
seco) han sido notadas por Osborn etal.
(1979) en el petrel Fulmarus glacialis. En
el pingüino Papua, la máxima concentración
media de cinc se observó en el riñón,
con niveles algo menores en el hígado y
en el músculo. Por otra parte, y a juzgar
por los amplios intervalos de
concentraciones observados, los niveles de
cinc en el músculo, y probablemente también
en el hígado, presentarían una variación
algo mayor a la esperada para un elemento
esencial (Tabla 1),
Hierro
Honda
et al. (1986) reportaron muy altas
concentraciones de hierro en el hígado
del pingüino Adelia, Pygoscelis adeliae
(con un intervalo de concentraciones entre
777 y 5567 ppm en peso seco), con menores
niveles en el riñón y aún menores en el
músculo. En el macho de esta especie, la
concentración de hierro en el músculo
parece declinar durante el prolongado período
de inanición asociado al primer turno de
incubación, mientras que la concentración
en el hígado se incrementa. Esta
redistribución del hierro (desde el músculo
hacia el hígado) probablemente contribuye
a la presencia de mayores concentraciones
medias de este metal en el hígado de los
machos (3290 ppm en peso seco) que en el
de las hembras (1593 ppm en peso seco).
En el pingüino Papua, a diferencia de lo
observado en el Adelia, las
concentraciones medias de hierro tienden a
decrecer en el siguiente orden: hígado
> músculo > riñón. Este patrón
tampoco es coincidente con el observado
para los niveles de hierro en otras
especies de aves marinas, donde a pesar de
la escasa información existente puede
decirse que el hígado tiende a tener la
mayor concentración de este metal, con
niveles menores en el riñón y todavía
menores en el músculo (Howarth et al.,
1981; Custer et al., 1986). Por otra
parte, las concentraciones de hierro
determinadas en el hígado del pingüino
Papua (Tabla 1) son similares a las
publicadas para el Adelia, con una relación
de concentraciones hepáticas medias entre
sexos también similar (1,9 en el Papua y
2,1 en el Adelia). Esto podría indicar
que en el macho de pingüino Papua también
se verifica el mismo proceso de
redistribución del hierro señalado para
el Adelia, aunque sería necesaria una
investigación más profunda para poder
afirmarlo con mayor consistencia. Además,
los niveles de hierro en vertebrados
marinos de buceo profundo tales como el
pingüino Papua, que desciende a
profundidades de 100 m para alimentarse de
krill (Conroy & Tweives, 1972), podrían
ser de interés para desarrollar estudios
de las relaciones entre el metabolismo de
este metal, la dinámica de su flujo y el
almacenamiento de mioglobina.
Manganeso
Las
concentraciones de manganeso en los
diferentes tejidos blandos de los
ejemplares de pingüino Papua se
encuentran por debajo de los límites de
detección, salvo en el músculo pectoral
de una de las hembras muestreadas (40 ppm
en peso seco; Tabla 1).
Los niveles de manganeso en aves marinas
se encuentran pobremente documentados,
aunque tienden a ser menores a 5 ppm en
peso húmedo para cualquier tejido (Hulse
et ai, 1980; Howarth et al., 1981 ;
Hondada/., 1986). Sin embargo, Custer etal.
(1986) registraron concentraciones de
hasta 29 ppm en peso seco en hígados de
polluelos del gaviotín común (Sterna
hirundo) muestreados en un entorno algo
polucionado. Por lo tanto, y en vista de
la mencionada escasez de información en
la literatura para este metal, no resulta
posible al presente explicar la elevada
concentración reportada en el músculo de
una de las hembras de pingüino Papua.
Selenio
La
concentración media de selenio en el hígado
del pingüino Papua (5 ppm en peso seco)
es considerablemente menor a la
previamente reportada para la Antártida
por Norheim (1987) en el pingüino de
barbijo (18,0 ppm en peso seco) y en el
pingüino de penacho amarillo (Eudyptes
chrysolophus) (73,3 ppm en peso seco).
También se observa en el pingüino Papua
un intervalo de concentraciones (< 4 a
8 ppm en peso seco) de menor amplitud en
relación al reportado en las demás
especies de pingüinos (Tabla 2). Los
bajos niveles de selenio reportados en
esta especie probablemente reflejan
simplemente la naturaleza incontaminada
del lugar de muestreo.
Hasta el presente no han sido publicados
datos sobre las concentraciones de selenio
en otros tejidos de aves marinas antárticas.
No obstante, en aves marinas de otras
regiones del planeta se reportan
concentraciones de selenio en el riñón
que oscilan entre 8,6 (Hutton, 1981) y
89,1 ppm en peso seco (Furness &
Hutton, 1979). En el pingüino Papua, el
riñón tiende a acumular las mayores
concentraciones de selenio, constatándose
niveles aproximadamente similares en el hígado
y en el músculo (Tabla 1).
Otros metales
No
existe información previamente publicada
sobre los niveles de bromo y rubidio en
tejidos de aves marinas, de manera que no
resulta posible establecer una comparación
con las concentraciones aquí señaladas.
En los ejemplares de pingüino Papua
estudiados, las concentraciones medias de
bromo en el hígado y en el músculo
resultan idénticas (aunque con un
intervalo de concentraciones de mayor
amplitud en el músculo) y algo menores a
la observada en el riñón, mientras que
las correspondientes al rubidio tienden a
distribuirse bastante uniformemente entre
los distintos tejidos blandos considerados
(Tabla 1).
En base a los relativamente pocos datos
existentes en la literatura para el bromo
y el rubidio en especies de vertebrados
marinos, tampoco sería posible hacer
alguna evaluación sobre los efectos que
pudieran tener sobre esta especie de ave
marina. No obstante, parece probable que
los valores reportados para estos metales
en el pingüino Papua presenten cierta
regulación metabólica (a juzgar por los
generalmente estrechos intervalos de
concentraciones observados) o bien
representen niveles de fondo de estos
elementos para localidades relativamente
prístinas.
En los tejidos analizados en el pingüino
Papua, el cadmio presenta niveles
indetectables, aunque en otras especies de
pingüinos de la Antártida se reportaron
niveles que oscilan entre 3 y 113 ppm en
peso seco para el hígado y entre 36 y 664
ppm en peso seco para el riñón (Honda
etal., 1986; Norheim, 1987) (Tabla 2).
Estas concentraciones indetectables en los
ejemplares aquí estudiados resultan difíciles
de explicar considerando que el pingüino
Papua, al igual que otras especies congenéricas
y simpátricas de la familia Pygoscelidae
(Pygoscelis adeliae y Pygoscelis antártica),
preda predominantemente sobre grandes
crustáceos eufáusidos (en particular el
krill antártico Euphausia superbd) (Volkman
et al., 1980), los cuales acumulan cadmio
y otros metales pesados a niveles
relativamente altos (Honda et al., 1987;
Yamamoto et ai,1987).
La dieta del pingüino Papua contiene (en
peso húmedo) un 84,5 % de krill y un
15,4% de pescado, mientras que la
correspondiente a las demás especies de
pingüinos pigoscélidos consiste casi
exclusivamente de krill (99,6 % de krill,
0,1 % de pescado en el pingüino Adelia y
99,6 % de krill, 0,3 % de pescado en el
pingüino de barbijo) (Volkman et al.,
1980). Debido a que resulta probable que
una dieta basada casi exclusivamente en
krill tenga un mayor contenido en cadmio
que otra donde la predominancia de esta
especie presa no sea tan marcada, es
posible admitir que los niveles
indetectables de cadmio en los tejidos
blandos del pingüino Papua podrían, en
parte, estar reflejando las diferencias señaladas
en la composición de su dieta con
respecto a la observada en las demás
especies de pingüinos pigoscélidos.
Comparaciones entre concentraciones de
los diversos metales
Las
mayores concentraciones medias de metales
traza en el riñón del pingüino Papua
estuvieron en el siguiente orden: Fe >
Zn > Br, mientras que en el hígado y
el músculo se observó una idéntica
tendencia: Fe > Zn > Cu > Br
(Tabla 1). Por consiguiente, en los
tejidos analizados, las concentraciones
medias de hierro y cinc fueron las máximas
en relación a las reportadas para los demás
metales traza.
Por otra parte, se observaron diversas
diferencias a nivel intertisular en las
concentraciones de metales traza; el hígado
presentó las mayores concentraciones
medias de hierro y cobre, mientras que el
riñón mostró las máximas
concentraciones medias de cinc, selenio, y
bromo (Tabla 1). El músculo no se
caracterizó por exhibir altas
concentraciones para ninguno de los
metales traza detectados, salvo en el caso
del manganeso, en donde se reportó un
nivel de 40 ppm en peso seco en una de las
hembras muestreadas.
Las altas concentraciones de hierro
encontradas en el hígado de los
ejemplares estudiados, confirman al mismo
como el más importante órgano acumulador
de este metal.
CONCLUSIONES
De
la totalidad de los metales traza
determinados en este trabajo, las
concentraciones tisulares de los elementos
esenciales cinc, hierro, manganeso, y
selenio estarían reguladas metabólicamente
y por consiguiente puede afirmarse que las
mismas no representan una seria amenaza de
polución. Asimismo, existe alguna
evidencia para sostener que el bromo y el
rubidio también presentarían cierta
regulación. Las concentraciones de cobre
hepáticas mostraron la máxima variación,
lo cual indicaría una incapacidad
regulatoria para este metal. Sin embargo,
las concentraciones renales y musculares
de cobre parecerían estar reguladas metabólicamente
en virtud de la baja variación de sus
niveles.
Además, v en relación a lo anteriormente
señalado, el hígado de la especie aquí'
estudiada podría ser considerado corno un
excelente indicador potencial de los
niveles de colire. constituyéndose
entonces en un órgano apropiado para el
inoniloreo en casos de polución costera
por este metal.
El cadmio y el plomo, elementos trazado
considerable significado lexicológico,
mostraron concentraciones indetectables en
todos los tejidos analizados, y por lo
tanto en ningún caso alcanzaron
concentraciones consideradas como tóxicas
para otras especies de aves mannas
(0shorn^tí/.. 1979: Hulse et til.. 19SO;
Nicholson & Oshorn. 19S.3i
AGRADECIMIENTOS
Deseamos
expresar nuestra profunda gratitud a Ana
Rehellalo por su asistencia técnica
durante la preparación del presente artículo.